LA PATAGONIA CHILENA
Región geográfica de la Patagonia.
En Chile, la zona de la Patagonia no existe como un ente político, constituyendo solo un límite imaginario. La provincia de Palena es el territorio más septentrional de la Patagonia chilena. Tradicionalmente se considera que la Patagonia chilena comienza desde el golfo de Corcovado hasta el cabo de Hornos, cubriendo todo el territorio nacional desde el océano Pacífico hasta el límite con Argentina.1
Según la división política del país, comprende la provincia de Palena y las regiones de Aysén y de Magallanes (sin el Territorio Chileno Antártico). Actualmente se prefiere diferenciar del territorio situado más al norte del golfo del Corcovado (región de los Lagos), limitando este con el territorio de la Patagonia chilena. No obstante, desde la geología, estudios demuestran la condición de conjunción y unidad geológica del macizo surpatagónico con el macizo norpatagónico, determinando, en consecuencia, el límite norte de la Patagonia en la falla de Huincul, incorporándose por ende, la Región de Los Ríos, y la Región de la Araucanía (Schilling et al, 2017).2
El 30 de diciembre de 1927, al crearse la Territorio de Aysén, se anexó a éste la parte norte del Territorio de Magallanes (3a subdelegación, Las Minas —Comarca de Río Baker—). Al mismo tiempo se crean los departamentos de: Magallanes, con las comunas de Magallanes (Punta Arenas), San Gregorio, Río Verde, y Morro Chico (Laguna Blanca); Natales, con las comunas de Natales y Cerro Castillo (Torres del Paine) y Tierra del Fuego, con las comunas de Porvenir, Primavera, Bahía Inútil (Timaukel) y Navarino (Cabo de Hornos). El decreto del 22 de mayo de 1929 denomina Provincia al Territorio de Magallanes, Última Esperanza al Departamento de Natales y denomina Magallanes a la ciudad de Punta Arenas. En diciembre de 1937 se restituyó el nombre de Punta Arenas al Puerto de Magallanes y se incorporó algunos años después el Territorio Antártico Chileno.
Artículo principal: Pueblos indígenas de Chile
La región de la Patagonia chilena está habitada desde hace aproximadamente 10 500 a. C. los descubrimientos arqueológicos encontrados en el sector de la cuevas Fell, Ci Aike y Pali Aike, cercanas al estrecho de Magallanes.
Etnias extintas
1.- Los aonikenk o tehuelche, pueblo cazador nómada terrestre que vivió entre el río Santa Cruz y el estrecho de Magallanes. Los europeos los bautizaron como “patagones”. Son reconocidos como uno de los pueblos más altos del mundo, algunos llegaban a medir dos metros. Desaparecieron por un proceso de aculturación propiciado primero por los mapuche (araucanización), y posteriormente por los argentinos en la Patagonia oriental y por las enfermedades contagiosas que les transmitieron los colonizadores.
2.- Los selknam u onas, nómadas terrestres cazadores establecidos en la isla Grande de Tierra del Fuego. Emparentados con los aonikenk por su aspecto físico y el lenguaje. Su extinción comenzó en 1881 con la llegada del hombre blanco tras el oro descubierto en la isla y posteriormente por la acción de los estancieros que se establecieron para criar ovejas.
Etnias en vía de extinción
1.- Los yaganes, fueron nómades canoeros que habitaban, la isla Navarino, la región del canal Beagle y adyacentes, llegando incluso al cabo de Hornos; es el grupo étnico más austral del continente. Sus últimos representantes, dos mujeres, viven en Villa Ukika cercana a Puerto Williams.
2.- Los alacalufes o kawésqar, fueron nómades canoeros que se desarrollaron en los canales y fiordos desde el golfo de Penas al estrecho de Magallanes e islas al oeste de Tierra del Fuego. Sus últimos integrantes viven casi todos en Puerto Edén.
Geografía
La zona denominada tradicionalmente como Zona Austral de Chile es una región de glaciación, la cual se encuentra cubierta por dos grandes masas de hielo, el Campo de hielos norte y el campo de hielos sur. Se caracteriza por la presencia de bosques perhúmedos de clima frío como el bosque templado y el más austral bosque magallánico, con menos especies.
Se extiende desde el Golfo de Corcovado al cabo de Hornos. En ella se ubica una estrecha planicie costera; afectada intensamente por tectónica de hundimiento; y cordilleras patagónicas continentales con ríos y lagos, ventisqueros patagónicos del Pacífico; cordilleras patagónicas insulares en archipiélagos, islas e islotes, todas las cuales se bañan en sus costas por el océano Pacífico.
Los archipiélagos, islas e islotes dan formación a dos sistemas de canales navegables para todo tipo de naves: los canales patagónicos, entre el archipiélago Guayaneco y los islotes Fairway; y los canales fueguinos al sur del estrecho de Magallanes y hasta el cabo de Hornos.
Los cursos de agua de la provincia de Palena, de origen nival, forman en sus trayectos vastos sistemas hidrológicos que incluyen esteros, lagos, lagunas y ríos principales. Destacan el río Palena al sur de la provincia (que nace en la Argentinay termina en la Región de Aysén), el río Futaleufú (que también nace al otro lado de la frontera), el río Vodudahue, el río Corcovado y el río Yelcho, entre otros.
Los ríos patagónicos se caracterizan por sus crecidas torrenciales de origen andino y por las irregularidades de sus cursos. En la región de Aysén los ríos Cisnes, Aysén, Bravo, Pascua y el Baker.
Los ríos de la región de Magallanes son por lo general de corto desarrollo debido a la intensa acción glacial. Los más importantes son los ríos Pérez, Penitente, San Juan, Azopardo, Yendegaia, Paine, Serrano, Baguales y Grande de Tierra del Fuego.
Parques nacionales y reservas naturales
• Parque nacional Torres del Paine (1959): superficie 181 000 ha, fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1978.11
• Parque nacional Laguna San Rafael (1959): superficie 1 742 000 ha, su principal atracción es la laguna costera formada por el glaciar San Rafael..
• Parque nacional Isla Magdalena (1983): superficie 157 616 ha, al cual es posible acceder solo por vía marítima, principalmente desde Puerto Cisnes y Puyuhuapi.12
• Parque nacional Isla Guamblin (1967): superficie 154 093 ha.
• Parque Pumalín (1991): superficie de 325 000 ha, es un parque privado de uso público creado por el millonario estadounidense Douglas Tompkins.
• Parque nacional Bernardo O’Higgins (1969): superficie 3 525 901 ha, es el más extenso de Chile, albergando la mayor parte del Campo de hielo Patagónico Sur.
• Parque nacional Alberto de Agostini (1965): superficie 1 460 000 ha, en su interior se encuentra íntegramente la cordillera Darwin.
• Parque nacional Pali Aike (1970): superficie 5030 ha.
• Parque nacional Cabo de Hornos (1945): superficie 63 093 ha, es el parque nacional más austral del mundo. Su acceso, extremadamente difícil, se realiza sólo por vía marítima.
• Parque nacional Yendegaia (2013)
• Parque Nacional Patagonia (2017)
Estrecho de Magallanes
El estrecho de Magallanes Nota 1 es un paso marítimo localizado en el extremo sur de Chile, entre la Patagonia, la isla Grande de Tierra del Fuego y varias islas ubicadas al oeste de esta hacia el océano Pacífico. Es el principal paso natural entre los océanos Pacífico y Atlántico.
Administrativamente, pertenece a la región de Magallanes y de la Antártica Chilena, el territorio chileno más austral. 3
De acuerdo a la Organización Hidrográfica Internacional, su boca oriental está determinada por la línea que une el cabo Vírgenes con el cabo del Espíritu Santo.1 Sin embargo, este límite no ha sido aceptado ni por Argentina ni por Chile, que firmaron el Tratado de 1984, que estableció en su artículo 10.º que «el término oriental del Estrecho de Magallanes [está] determinado por punta Dungeness en el Norte y cabo del Espíritu Santo en el Sur»,4 considerándolo íntegramente dentro de la jurisdicción de Chile, en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena. De acuerdo con los tratados argentino-chilenos de 1881 y 1984, el acceso por su boca oriental y la navegación del mismo se encuentran asegurados a los buques de todas las banderas en todo tiempo y circunstancia.
Antecedentes históricos
El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón llegó a América, pero hasta su muerte estuvo convencido que había arribado a las Indias Orientales.
Américo Vespucio, en 1503 publicó sus Cartas de viaje en las que aseguraba que las tierras descubiertas por Colón eran un Mundus Novus, como proponía llamarlas.
En 1507 el cosmógrafo Martín Waldseemüller, después de leer las cartas de Vespucio, publicó un mapa titulado Universalis Cosmographia al que acompañaba un tratado de Mathias Ringmann y otros, la Introducción a la Cosmografía de gran difusión científica. Tanto en el libro como en el mapa y en un globo terráqueo presentado en la misma fecha se incluían las nuevas tierras a las que, en homenaje al que consideraban su descubridor, denominaban «América». Años después el cartógrafo reconoció su error y se retractó en un nuevo mapa publicado en 1513, pero el nombre ya se había generalizado.
En 1513, Vasco Núñez de Balboa descubrió, desde el istmo de Panamá en América Central, un gran océano al que llamó «mar del Sur». Este descubrimiento confirmó la tesis del Mundus Novus de Vespucio y desató en Europa, especialmente en España, las ansias de hallar una nueva ruta marítima hacia las islas de las especias navegando hacia el oeste, pasando a través del nuevo mundo pues, según el Tratado de Tordesillas, España tenía la posesión de las tierras occidentales de América por lo que necesitaba encontrar una ruta hacia ellas evitando la del cabo de Buena Esperanza, mucho más larga, que quedaba bajo el dominio de Portugal.
Fernão de Magalhães, marino portugués, fue humillado por el rey de Portugal, por lo que decidió ofrecer sus servicios al rey de España. Para ello se trasladó a Sevilladonde se hizo súbdito del monarca español, pasando a llamarse Fernando de Magallanes, como se le conocería desde entonces.
Magallanes y su socio Ruy Faleiro fueron los primeros en intentar encontrar la ruta. Ofrecieron al joven monarca Carlos I de España, futuro Carlos V de Alemania, encontrar un paso que, uniendo el Atlántico con el mar del Sur, les permitiría llegar a las islas Molucas, conocidas como las «islas de las Especias», navegando hacia el oeste. Magallanes recibió el apoyo económico del rey y del acaudalado financiador Cristóbal de Haro. De Haro pondría las naves y el monarca el armamento y provisiones. De Haro contribuiría con 3/4 del costo y el rey con el 1/4 restante.
Expedición y descubrimiento
El 22 de marzo de 1518 se oficializó en Valladolid la expedición, nombrándose al navegante portugués, al servicio del Imperio español, Fernando de Magallanes, capitán general de la flota y gobernador de todas las tierras que encontrara. En esta se acordaron los privilegios que tendrían Magallanes y Faleiro y se estableció que la armada a organizarse pasaría a conocerse como “de las Molucas”. La Armada de las Molucas, compuesta por cinco naves, zarpó de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el 20 de septiembre de 1519.
Las naves eran la Trinidad, de 100 a 110 toneles, nave capitana al mando de Magallanes; la San Antonio, de 120 toneles, al mando de Juan de Cartagena; la Concepción, de 90 toneles, capitaneada por Gaspar de Quesada y con Juan Sebastián Elcano como maestre; la Victoria, de 85 toneles, comandada por Luis de Mendoza, y la Santiago mandada por Juan Serrano(nacido João Rodrigues Serrão). La dotación estaba formada por 239 hombres, desde el capitán general al último marinero. En Canarias y Brasil se agregaron más tripulantes hasta llegar a 265. La mayoría de ellos nunca más regresaría a España.
Hicieron escala en la isla Tenerife (Canarias), Recife y Río de Janeiro donde recalaron el 13 de diciembre del mismo año.
A comienzos de 1520, recorrieron el litoral oriental de Sudamérica. Al llegar a la desembocadura del río de la Plata en la vieja colonia de «Santa María de los Buenos Aires», Magallanes creyó que había hallado el paso hacia el mar del Sur, pero al internarse en este notó que solo se trataba de un inmenso caudal de agua dulce.
Continuó navegando hacia sur y el 31 de marzo de 1520 recaló a una gran bahía a la que llamó puerto de San Julián. Ordenó el desembarco para invernar por espacio de cinco meses. Durante esta estadía la nave Santiago naufragó y se produjo un motín dirigido por los capitanes de las naves. Antonio Pigafetta, cronista de este viaje, escribió:
Los traidores eran Juan de Cartagena, veedor de la escuadra; Luis de Mendoza, tesorero; Antonio de Coca, contador; y Gaspar de Quesada. El complot fue descubierto: el primero fue descuartizado y el segundo apuñalado. Se perdonó a Gaspar de Quesada, que algunos días después meditó una nueva traición. Entonces, el capitán general, que no se atrevió a quitarle la vida porque había sido nombrado capitán por el mismo emperador, le expulsó de la escuadra y le abandono en la tierra de los patagones con un sacerdote, su cómplice.Antonio Pigafetta
También ha de conocerse que Magallanes indultó a Juan Sebastián de Elcano, perdonándole la vida por haberse unido a los amotinados. Aquí tomaron contacto con los aborígenes de «estatura gigantesca», llegándole ellos un poco más allá de la cintura. Eran hombres blancos de pelo y muy fuertes de musculatura a los que Magallanes llamó patagão (‘pie grande’) o «patagones», y a la región, «Patagonia».
El 21 de octubre de 1520, descubrió un cabo detrás del cual se divisaba una gran entrada de mar. Al cabo lo bautizó como «de las Once mil Vírgenes». El 1 de noviembre de 1520, luego de explorar la entrada de mar, Magallanes entró al estrecho al que llamó «de Todos los Santos», ya que ese día la Iglesia católica celebra esa festividad.
Al navegarlo, contempló en la ribera sur grandes fogatas que desprendían mucho humo, las cuales se producían por la cantidad inmensa de gas natural que emanaba en esa zona a la que los aborígenes habían prendido fuego en algún momento para hacer sus rituales mágicos. La bautizó como «Tierra de los Fuegos».
Pasado el golfo que le sirve de boca oriental, la escuadrilla se internó resueltamente en las primeras angosturas del canal, siguiendo siempre el mismo rumbo, el este-sur, hasta llegar a una espaciosa ensenada cerca de la cual se levantaban varias islas, la bahía San Bartolomé. En este punto, la naturaleza de aquellos canales cambiaba de aspecto. Hasta allí, el paisaje que se había presentado a la vista de los exploradores era triste y pobre. Extendidas playas de arena batidas por un viento frío, eminencias de poca altura, desprovistas de árboles y con una miserable vegetación herbácea, rocas áridas y peladas, y un cielo limpio y seco, fue todo lo que vieron en la primera parte del estrecho. Desde que pasaron la segunda angostura, el paisaje cambiaba como por encanto. Montañas más elevadas, con cimas cubiertas de nieve y con un suelo humedecido por lluvias frecuentes, ostentaban una lujosa vegetación de árboles y yerbas. Este cambio de paisaje causó una agradable sorpresa a los viajeros que acababan de pasar muchos meses en las estériles regiones de la costa oriental.
Desde la bahía en que había fondeado Magallanes, la costa cambiaba violentamente de dirección, dirigiéndose en línea recta hacia el sur. Este rumbo tomaron los expedicionarios; pero a poco andar hallaron el estrecho dividido en dos canales por la interposición de tierras montañosas. Magallanes mandó que dos de sus naves entraran por el camino al oriente, mientras él seguía avanzando por el otro canal con el resto de su escuadrilla. Las dos divisiones quedaron en reunirse en el punto en que se abren esos dos canales. Esta medida de precaución traería a Magallanes una de sus mayores dificultades.
En los primeros días de noviembre, Magallanes, recorrió la prolongación de la costa de la península de Brunswick, hasta el cabo Froward observando allí que el estrecho tomaba una dirección hacia el noroeste y esperó durante cinco días mientras las otras dos naves exploraban el canal oriental sin encontrarle salida. Una de ellas, la Victoria, al mando de Duarte Barbosa, que había avanzado menos en este reconocimiento, dio luego la vuelta a reunirse con el jefe expedicionario. La otra, denominada San Antonio, había ido más lejos todavía. Al tercer día (8 de noviembre) regresó de su exploración, pero no halló a Magallanes en el punto de reunión. Mandaba esta nave el capitán Álvaro de Mezquita, primo hermano de Magallanes y hombre de toda su confianza. Por desgracia, estaba embarcado también en el mismo buque el piloto Esteban Gómez que sublevó a la tripulación, apresó al capitán Mezquita, desertó y dio la vuelta a España, quedando solo tres naves en la expedición. Esta traición, que privaba a los expedicionarios de su buque de mayor porte y de una abundante provisión de víveres, estuvo a punto de frustrar la expedición.
Cuando el jefe expedicionario volvió al lugar en que debía reunirse toda la escuadra, experimentó la más desagradable sorpresa al ver que no se hallaba allí la nave que mandaba el capitán Mezquita. Magallanes, temiendo que la nave hubiera naufragado en el reconocimiento de los canales, redobló su actividad para buscar la nave perdida en los canales inmediatos. Solo después de algunos días, cuando había desaparecido toda esperanza de hallar a sus compañeros, resolvió Magallanes alejarse de aquellos lugares. Aun entonces, hizo poner señales en algunos puntos de la costa y dejó una marmita con una carta en que indicaba el rumbo que iba a tomar para que pudiera seguirlo la nave San Antonio.
La exploración de las tierras vecinas al estrecho no ofrecía ningún interés para Magallanes, que solo buscaba allí el paso para llegar a los mares de la India. Por otra parte, aquella región dominada por el frío no valía la pena de detener en su camino a los navegantes que iban en busca de las islas más ricas del mundo. Pero Magallanes, aun sin detenerse, se formaba un concepto cabal de las tierras que divisaba. Para él, la costa que tenía al norte era la extremidad austral del continente americano. La región del sur, que Magallanes denominó «Tierra del Fuego», por las muchas fogatas que allí encendían nativos que la poblaban, debía de ser una gran isla. Sin detenerse con las tres naves que formaban su escuadrilla, continuó resueltamente su navegación por el angosto canal que se abría con dirección al noroeste.
El 27 de noviembre de 1520 entraba, por fin, Magallanes en el océano Pacífico, como el mismo bautizó.5 Allí se terminó la primera exploración europea de aquella parte de Chile.
En Filipinas, Magallanes fue asesinado el 27 de abril de 1521 en una demostración de poder con solo 48 expedicionarios cristianos, se enfrentaron a más de 1500 guerreros de una tribu de aborígenes musulmanes bajo el mando de su jefe, el datu Lapu-Lapu, que no aceptaba al rey de España como amo y señor de esas tierras, en la isla de Mactán.
Debido al número de bajas sufridas, la Concepción fue quemada por los expedicionarios para reagruparse en las dos naves en mejor estado. Juan Sebastián Elcano tomó el mando de la nao Victoria y Gonzalo Gómez de Espinosa el de la Trinidad, continuando hacia las islas Molucas. Cuando partían con rumbo a España se descubrió una vía de agua en la Trinidad, lo que hizo que se quedarse con sus 53 tripulantes en la isla Tidore para realizar reparaciones, que posteriormente fueron capturados por los portugueses.
Solo regresó a España la Victoria, al mando de Juan Sebastián de Elcano con 18 hombres incluido el cronista del viaje Antonio Pigafetta. Recalaron en Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522. Fueron los primeros en circunnavegar la Tierra.
Es interesante consignar que la expedición, a pesar de haber perdido tres naves y de haber desertado una cuarta, tuvo un éxito económico importante. Solo con las especias que la Victoria transportó desde las Molucas a España, se cubrieron todos los costos y se obtuvo utilidad.